2- No se deja vencer por las tentaciones deteniéndose en ellas



Serie "Lidera como Jesús"


"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo" (Mateo 4:1).

Es llamativo lo que Mateo afirma aquí: el Espíritu Santo llevó a Jesús a ser tentado por el diablo.
¿No te sorprende?
Podríamos pensar que el Espíritu Santo es quien nos ayuda a esquivar las tentaciones, no que nos dirija a ellas.
Sin embargo es EL quien lleva a Jesús a ese desierto.
Y Hebreos 4:15 agrega algunos puntos muy importantes:
    1- Define una verdad: el Señor "fue tentado en todo"
    2- No fue vencido en esas tentaciones: "pero sin pecado"
    3- Presenta un resultado de esas tentaciones: compasión "de nuestras debilidades".

Las tentaciones, adversidades, dificultades, oposiciones, conflictos y batallas varias, son medios de gracia de Dios para capacitarnos.
Por esto, el Espíritu Santo, lejos de ser un guía que nos ayuda a esquivar las tormentas, muchas veces nos hace atravesarlas de frente.
Obviamente no porque disfrute vernos en conflicto, sino porque el plan de Dios es forjar un carácter que esté SOBRE las adversidades. 

Si eres un padre con cierta sabiduría, no estarás delante de tu hijo intentando quitar cada dificultad frente a él.
Estarás con él en cada situación, pero lo dejarás que aprenda a vencer sus dificultades. Gatear, caminar, hablar, tomar cosas con sus manos, matemáticas, relaciones con otras personas, etc, etc...
Estarás con él, pero lo guiarás a que enfrente y venza.

Igual Dios con nosotros sus hijos.

Para ser líderes más capaces debemos atravesar las tormentas de frente. No esquivarlas.
Jesús fue un lider que enfrentó cada dificultad y no se detuvo en ninguna de ellas. No perdió el tiempo, no se desmoronó en algún conflicto, no intentó encontrar un camino fácil alternativo, no fue vencido y por eso tuvo que pasar lo mismo vez tras vez porque no aprobaba. NO.

Eso... justo eso que nos cuesta y que sentimos que es más fuerte que nosotros... Justo eso... es lo que Dios va poner delante tuyo hasta que pases a estar por encima.

El lider, en un sentido, va delante. El tiene claridad de la meta final y la ama, sabe como ir hasta ella, y atraviesa las adversidades una por una hacia ella.
¡Que mejor ejemplo de esto que Jesús!

Para esto, necesitas:
    1- ser expuesto a eso que ya no querías volver a pasar.
    2- entender que mientras estás en el mismo lugar, estás detenido.
    3- dejar de quejarte y de pedirle a Dios que quieres algo más que esté a tu altura. Dios quiere ser tu fortaleza para que tu altura en la gracia se eleve.

Cuantos líderes, cuantos ministerios, son arruinados por detenerse en ese desierto de tentación. Esas personas siguen como si avanzaran, pero sólo están dando vueltas como Israel en el Sinaí. 
Ellos creen seguir liderando, pero sus palabras han perdido vitalidad y dirección. Secos, infructuosos en lo genuinamente eterno.

Sé un lider como Jesús, y no te dejes detener en tus desiertos. Avanza, aprende y lidera...
Y recuerda, Dios nos dice: 
"Invocáme en el día de la angustia;
te libraré, y tú me honrarás"
(Salmo 50:15).

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