EL CAUDAL DEL FAVOR DE DIOS. Primeros pensamientos del día.


“Su favor dura toda la vida" (Salmo 30:5)

Oliver Heywood (1630-1702):
“La palabra ‘favor’ aquí, en el original, significa ‘buena voluntad’.
En la bendición que Moisés le da a los hijos de Israel antes de su muerte, nos encontramos con esta palabra en hebreo: ‘Neftalí, saciado de favores, y lleno de la bendición de Jehová’ (Deuteronomio 33:23).
Cuando los hombres están llenos de la bendición del Señor, ellos disfrutan de su ‘favor’, el cual es todo lo que ellos necesitan.

La palabra también significa aceptación.
El profeta Isaías usa la misma expresión que encontramos en el verso del salmo que leímos al principio. Dios le habla a Israel: ‘sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar’ (Isaías 56:7).

El favor de Dios es su especial gracia y bondad para sus hijos.
Es por lo que clamaba el salmista en el Salmo 106:4: ‘Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo’.

Desde este peculiar favor fluyen todas las corrientes que nutren y alimentan nuestra vida. Es la causa de nuestra regeneración y conversión. Es la semilla de la vida divina en el corazón, por la que 'los que viven, ya no viven para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos’ (2 Corintios 5:15).
Es a través de este favor que el Señor toma complacencia y deleite en sus santos: ‘Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos’ (Sofonías 3:17).

Desde esta fuente brotan todos los gloriosos dones del evangelio de la gracia: el don del eterno Hijo de Dios, la revelación de EL en las promesas y proclamaciones de la Palabra divina, la remisión de nuestros pecados, la justificación de nuestra persona, la santificación de nuestros corazones, nuestra comunión con Dios, y nuestra eterna salvación.
Todas las bendiciones divinas y privilegios que el pueblo de Dios disfruta en esta tierra, toda la felicidad y la gloria que ellos poseen en el mundo que vienetodo… procede del favor de Dios.
Esto es a lo que se refiere el divino Redentor cuando le habla a aquella mujer en el pozo de Jacob: ‘El que bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna’ (Juan 4:14).

El salmista clama: ‘Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu nombre’ (Salmo 119:132).
El caudal del favor de Dios por su pueblo es especial… incomparable, y dura toda la vida, siempre está a nuestro alcance, porque fue ganado por Cristo para nosotros"
(“Life in God’s Favour”).



Luis Rodas 


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