Hicieron proezas en Dios: David 3 parte



Dios podría obrar sin nuestra oración. Eso está clarísimo. EL no necesita de absolutamente nada. Pero EL determinó obrar cuando clamamos a EL.
La práctica de la oración hace notorio a nuestros ojos que todo se lo debemos a EL: Salmo 30:6-8
Cuando vemos la respuesta a la oración, esto profundiza nuestro amor por EL: Salmo 116:1
Esto nos da fe para seguir confiando más y más en EL: Salmo 116:2
Esto nos permite verle en cada situación de nuestra vida y así nos deleitamos en EL: Salmo 28:6,7
Para esto es necesario tomarse el tiempo de mirar como Dios ha respondido durante el día y tomarse el tiempo para agradecer.
Una vez vi a un hombre que se levantó muy temprano para orar por algo. Dios respondió. A la noche estaba muy cansado para tomarse el tiempo de arrodillarse y agradecer a Dios. Pero de pronto pensó: “Si pude morir a mi descanso para pedir, debo hacer lo mismo para agradecer”.
Se arrodilló y oró.

¿Quieres saber cuanto confías en Dios y cuanto en ti mismo?
¿Oras antes de hacer cualquier cosa?
Si no oras es porque no lo crees necesario. Es porque crees que eso lo puedes hacer tú mismo.
Tal vez digas: “No, pero yo no creo que sea necesario estar orando por todo”.
Si crees que las Escrituras son inspiradas por Dios, Santiago 4:2 dice que no tenemos porque no pedimos.
Si Jesús dijo “pedid y se os dará” (Mateo 7:7), ¿crees que lo dijo en vano? ¿Lo dijo por decir algo?
Si Jesús siendo Dios, se levantaba cada día antes del amanecer para orar, y en algunas ocasiones se quedaba toda la noche orando (Lucas 6:12), ¿será que somos más fuertes que EL? ¿Será que en su vida era necesario para que el Padre lo guiara y obrara a su favor, pero para nosotros no es necesario?
¿Piensas que las oraciones de Jesús eran simples charlas sin peticiones específicas?
Jesús le dijo a Pedro: "¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?" (Lucas 26:53).
Y en Juan 14:16: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador".
Y otra vez a Pedro: "yo he rogado por ti, que tu fe no falte" (Lucas 22:32).
¿Acaso Jesús no nos dejó ejemplo para que sigamos sus pisadas (1 Pedro 2:21)?

La razón por la que un hombre no ora, es simplemente por soberbia: Salmo 10:4
El no cree que necesita a Dios.
Y aún el orgullo nos lleva a orar sólo para no sentirnos culpables.
La verdadera oración nace de un corazón que piensa: “Si Jehová no edificaré la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmo 127:1).

NO se trata de que la oración tiene algún tipo de poder.
¡NO!
La oración son palabras.
Lo poderoso es un pequeño creyente que se reconoce débil y necesitado.
Dios obra poderosamente en la vida de almas así, y a través de ellos.
Mira nuevamente a David: Salmo 18:1-3

No se trata de que Dios responde por nuestras grandes oraciones. ¡NO! Nuestras pequeñas oraciones son escuchadas por un GRAN DIOS: Salmo 34:6
La virtud está en Dios.
El más pobre y pequeño de los santos, cuando está de rodillas, es infinitamente poderoso porque Dios oye las oraciones que hace según Su voluntad.
No torcemos la mano de Dios con nuestras palabras persuasivas en la oración. ¡NO!
Simplemente, Dios pudiendo obrar sin nosotros, determinó, en Su soberanía, obrar cuando pedimos según Su voluntad.

Cada mañana te levantas, sin duda, ante muchísimos enemigos como las dudas, la falta de disciplina, las tentaciones sexuales, los pensamientos mundanos, la codicia, los temores, el mal humor, el orgullo, las necesidades en el ministerio, hermanos que están luchando con su carne, etc, etc…
Como escribió John Bunyan: “Cree que, tan cierto como que estás en los caminos de Dios, encontrarás tentaciones.
Por tanto, espéralas desde el primer día de tu entrada en la congregación de Cristo” (“La Oración”. Pag. 57,58).
Enemigos que al no buscar a Dios y fortalecernos en Dios, nos vencen muchas veces. Y que al ser vencidos, decimos: “bueno, es que soy débil”.
Lo extraño no es que seamos débiles ante esos enemigos. Lo extraño y decisivo es que no nos fortalecemos en Dios ante esos enemigos:
Salmo 60:11,12
Y después decimos: “es que no puedo”.
Mientras Dios nos llamó a hacer proezas ante nuestros enemigos. Proezas que nunca serán hechas si no nos fortalecemos CADA DÍA en Dios.
“Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10)
“Tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13).
Mira la promesa de Dios: 2 Pedro 2:9

Y no sólo hablo de luchas personales.
Hablo de tu relación matrimonial.
Hablo de tus hijos. Cuantas veces nos frustramos con ellos y hasta por momentos nos resentimos contra ellos y no paramos de acusarlos, criticarlos y decirles todo lo que hacen mal.
Hablo del ministerio, sea cual sea que Dios te haya confiado. En vez de quejarte de la gente. En vez de demandarles hasta aniquilarlos por tu frustración. Corre en confianza a Dios.
Isaías 30:15
Mira más de David: Salmo 20:7,8;
Salmo 108,12,13

Esta dependencia total de Dios, esta confianza en EL, este hacer a Dios nuestra fuerza y refugio, es parte vital de la correcta y piadosa relación con Dios: Salmo 147:10,11 (Salmo 33:16-22)

Hermano, no te atrevas a salir a tus tareas sin un buen tiempo a solas con Dios a través de Su Palabra y sin haber puesto todas tus actividades delante de Dios.
Padre, madre, ¿por qué no clamas por tus hijos?. Ora por la obra de Dios en ellos. Antes de que se levanten ora para que Dios los proteja de accidentes. Tú debes ser el primero en levantarte con tiempo suficiente para clamar por su protección y la gracia de Dios en sus actividades.
Pastor, cuando el resto de la congregación se está levantando tú debes estar clamando por ellos, tú eres “quien vela por sus almas”.
Si un día por alguna actividad impostergable tienes que salir temprano, levántate más temprano, pero no te dejes a ti mismo, a tu familia y a la congregación sin tu clamor.

Y cuando lo que pediste sucedió, alégrate. Dios respondió tu oración. Pensar eso no es orgullo: “Ahh… mira si va a suceder eso por mi oración”.
¿Entonces para qué oras?
Recuerda, Dios no responde porque eres un gran hombre o mujer… Dios responde porque Su Hijo Jesús, el amado del cielo, Su Hijo en quien tiene complacencia, murió por ti. Tú oras en nombre de Jesús.

“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas” (Salmo 84:5)

¡Haz a Dios tu fuerza y tu refugio!


Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí