DISCÍPULO DE JESÚS No puedo ser discípulo



Les voy a ser sincero.
Tengo un problema. Siempre me aburrieron esos estudios supuestamente bíblicos donde te enseñan “las 70 claves para ser como Elias”, o “los 7 principios fundamentales para ser santo copiando el ejemplo de Abraham”, o “un estudio exhaustivo de 10 clases para ser fiel como Moises”. Uffff...
Y cada vez que pasaba por una situación así en la Iglesia, ufff... me sentía súper mal. Porque me sentía un carnal perdido. Me decía a mi mismo que era tan carnal que no me interesaba la Biblia.
Pero de pronto escuchaba algún estudio bíblico donde usaban la Biblia para exaltar a Dios y me desesperaba por escucharlo hasta el ultimo respiro del que daba ese estudio.

Hasta que hace algunos años lo entendí.
Todos esos estudios muchas veces bien intencionados en vez de glorificar a Dios, intentaban transformarme en una mejor persona.
“Vamos a estudiar la historia de Nehemías y a aprender como ser como él”. Nehemías dijo e hizo esto y aquello. Por lo que nosotros ante la misma situación debemos hacer esto y aquello”.
Pero todas esas historias NO fueron escritas para que leyendo sus ejemplos nos transformemos en mejores personas. NO.
La Biblia no es un libro de principios morales para trasformar al ser humano en alguien mejor. NO. NO.

Los escribas y fariseos
Muchos creen que la Biblia es un libro lleno de ejemplos bonitos para que imitándolos nos transformemos en mejores personas.
Y de ahí salen todos esos estudios de “las 200 lecciones para ser como David”.

Justamente ese fue el gran error de los escribas y fariseos. Mateo 23:4. Lucas 18:9-14
Jesús les dijo a ciertos judíos: “Escudriñad las Escrituras; porque vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mi” (Juan 5:39).

De principio a fin
Es que ese tipo de estudios bíblicos están errados justamente en lo fundamental.
Desde la desobediencia de Adán, pasando por el bueno de David dejando embarazada a la mujer de otro y luego mandándolo matar para quedarse con ella tranquilo, hasta Pablo y su famosa declaración en Romanos 7: 18: “Y yo sé que en mi carne, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo”. Para luego en el versículo 24 casi gritar: “Miserable de mí. ¿Quien me librará de este cuerpo de muerte?”.

Toda la Biblia habla de pecadores y alguien GRANDIOSO, INEXPLICABLEMENTE PRECIOSO: Jesús.

DE ESO TRATA LA BIBLIA
No de las cosas maravillosas que hizo Moises, David o Elias. Sino de lo que Dios hizo A PESAR DE ELLOS Y A TRAVES DE ELLOS.

Otros ejemplos
¿No me creen? Veamos más ejemplos:
1-Noé, una de las únicas 8 personas que se salvan de toda la humanidad en el diluvio. Pero cuenta Génesis 9 que al salir de la barca Noe se emborracha y se tira desnudo en su tienda.
2-Moisés y las tablas de la ley. Y luego golpea la roca.
3- Gedeon les pide a todos los zarcillos de oro que habían ganado en la batalla para hacer un hermosa vestidura de oro, y dice Jueces 8:27 que “todo Israel se prostituyó tras esa vestidura y fue tropezadero a Gedeon y su casa”.
4- Abraham miente, Salomon teniendo 700 esposa y 300 concubinas y adorando demonios.

Los 12 de Jesús
Pedro: después de decirle a Jesús que daría su vida por él, negó 3 veces al Señor y hasta maldijo y juro con tal de que no lo mataran por el Señor (Mateo 26:74).
Tomás: no podía creer que Jesús hubiera resucitado y al resto de los discípulos les pasaba lo mismo cuando las mujeres dijeron que lo habían visto a Jesús resucitado. Dice Lucas 24:11 que esto les pareció que ellas estaban locas y no creían.
Juan y Jacobo: llevaron a su madre delante de Jesús para que ella le pidiera al Señor que ellos tuvieran los mejores puestos en el Reino de Dios.
Los otros 10: dice Mateo 20:20-28 que “cuando lo diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos” Lo que sucedió es que  ellos querían esos mejores puestos. Por eso en Lucas 9:46-48 dice que los 12 entraron en discusión sobre quien sería el mayor y luego más adelante vuelven a discutir sobre exactamente lo mismo (Lucas 22:24-30).

¿Es esta la gente santa de la que hablan?
Vamos a ver lo que la Biblia dice del ser humano en general: Romanos 3:9-23
Por lo que según vemos la ley fue dada  “para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (vers. 19). Y: “Por medio de la ley es el conocimiento del pecado” (vers. 20)

LA LEY NO FUE PARA ENSEÑARLE AL MUNDO A VIVIR CORRECTAMENTE.
La ley fue para mostrarle que necesitaba un Salvador.
El ser humano no puede cumplir la ley de Dios. Es imposible para él.
Gálatas 3:24 dice: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo”

“Ayo”: El ayo en la época que fue escrito en NT, representaba a un esclavo cuyo deber era cuidar a un niño desde los 6 años hasta los 16 años. El “ayo” lo acompañaba a todas partes y vigilaba la conducta del niño en el hogar.

Todo el Antiguo Testamento habla de dos cosas principalmente:
1- El hombre es pecador irremediable, merecedor del infierno.
2- Dios es justo y misericordioso a la vez. Por lo que aborrece el pecado, pero por su misericordia enviará un Salvador.
ESE ES UN EXCELENTE RESUMEN DEL ANTIGUO TESTAMENTO.

El Nuevo Testamento
El Nuevo testamento es diferente al Antiguo Testamento:
1- Dios envió Su Salvador
2- Lo que el hombre no podía hacer por su naturaleza esclavizada al pecado, DIOS LO HACE EN ELLOS Y A TRAVES DE ELLOS.

El pastor anglicano y escritor ingles, John Stott en su libro “Cómo comprender la Biblia” escribió:
“El propósito supremo de la Biblia... es instruir a sus lectores ‘para la salvación’ ” (Pag. 13).
“Puesto que la Escritura tiene que ver con la salvación y la salvación es mediante Cristo, la Escritura está llena de Cristo” (Pag. 17).
Jesús al resucitar y caminar con dos de sus discípulos por el camino a Emaús, dice Lucas 24:27 que “comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”.
Y luego en el versículo 44 del mismo capítulo les dice: “Estas son las palabras que os hablé. estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”.


Luis Rodas


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