5 El gozo de Dios cuando nos centramos en él DIOS-CENTRISMO



Hemos estado hablando de vivir centrados en Dios, de un corazón apasionado por Dios, de amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con toda nuestras fuerzas.

Ahora, si nos apasionamos por Dios de esta manera y vivimos un Dios-centrismo, una vida centrada en Dios, ¿cual será la reacción de Dios?
¿El solo pensará "Siervo inútil, lo que debías hacer hiciste"?
¿Verá nuestra pasión por él de una manera desapasionada?
Cuando lo adoramos, le cantamos, predicamos deleitándonos en él, cuando no hacemos algo porque creemos que él es Digno de que no lo hagamos, o cuando sí hacemos algo porque creemos que él es Digno de que lo hagamos, ¿Dios reacciona con actitud de jefe con cara larga diciendo: "Aja… Bien criatura, sigue cantándome, pero en una canción dijiste 'Santo, Santo' y yo soy 3 VECES Santo, ¿sí? Ten cuidado"?

¿Dios se deleita, se regocija y encuentra belleza en cosas que nosotros hacemos? ¿O simplemente es una relación como la que puedo tener con el empleado de un banco cuando le voy a devolver lo que es suyo?
Para empezar quizás deberíamos preguntarnos: ¿Dios se deleita en algo, se regocija por algo, encuentra belleza en algo, tiene pasiones, momentos de gozo y emoción?

Hay dos tendencias peligrosas:
1- Hay gente que, como escribió Donald Carson, convierte a Dios “en un ser humano mejorado, y nada más” (“La difícil doctrina del amor de Dios”. Pag. 67).
Así se escuchan predicaciones que dicen: “No hagas sufrir a Dios. Pobre Dios, él te ama. Acércate a él, obedécele”.
¡Ese es un extremo!
2- Un Dios sin sentimientos, frío, calculador, que cuando sucede algo dice con cara de directora de colegio: “Sí, ya lo sabía”.
Ninguno de los dos extremos son ciertos. No están totalmente errados, pero al estar incompletos, lentamente nos alejan del Dios de las Escrituras.

Así unos terminan haciendo cosas para ayudar al pobre dios más parecido a un abuelito que no puede cruzar la calle que a un Dios Omnipotente.
Y otros se transforman en máquinas frías, insensibles, secos, duros; que en sus predicaciones dibujan a un Dios de rostro duro, inmutable, que te mira siempre con una mirada inquisidora para ver si haces lo que quiere, y que mientras lo hagas no te matará.

Pero si escudriñamos en las Escrituras encontramos algo glorioso:
Génesis 4:1-5
En Caín y Abel aprendemos que existen las dos posibilidades:
1- darle algo a Dios y que le desagrade
2- darle algo a Dios y que le agrade
(1 Juan 3:12)

Ahora, no le damos algo a Dios porque lo necesite. No podemos darle a Dios nada que él no nos haya dado antes a nosotros: Job 41:11 "¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya?
Todo lo que hay debajo del cielo es mío".
Él es Autosuficiente.
Salmo 50:12 "Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti;
Porque mío es el mundo y su plenitud".
Job 22:2 "¿Traerá el hombre provecho a Dios?
Al contrario, para sí mismo es provechoso el hombre sabio".

Cuando le damos algo a Dios o hacemos algo por él, no lo hacemos como si él necesitara algo de nosotros.
Pero vemos que a Dios le agradó la ofrenda de Abel y Hebreos 11:4 la llama "excelente sacrificio".
Podemos hacer cosas en las que Dios se agrade.
2 Corintios 5:6-9
No vivimos pensando que por nuestra debilidad nunca podemos agradar a Dios, sino que por SU GRACIA en nosotros "procuramos… serle agradables".

Al orar, al adorar, al servirle, al trabajar, como padres, como hijos, como esposos, al estudiar, al predicar, al pensar, al hablar.... EN TODO... como Caín y Abel, podemos darle a Dios una ofrenda que le agrade o que le desagrade a Dios.
Proverbios 15:8:
"su gozo" (“ratsón”): "agradarse con" (Strong), "disfrutar de algo" (Chavez). Levítico 26:34 traduce esta misma palabra como "gozará".
El Diccionario Vine explica que "generalmente las traducciones en castellano expresan la idea de 'deleite', 'encanto', 'gozo', describen un sentimiento de gran placer".

¿A Dios puede agradarle una oración mía?
¿Dios puede encontrar “gozo”, “deleite”, “un sentimiento de gran placer” en algo que yo haga?
¿Puede “disfrutarlo”?

Salmo 147:10,11
Aquí encontramos la raíz de la palabra que recién vimos y se traduce como “complace” (“ratsá”).
Leemos nuevamente la explicación de esta palabra: "agradarse con" (Strong), "disfrutar de algo" (Chavez). Levítico 26:34 traduce esta misma palabra como "gozará".
El Diccionario Vine explica que "generalmente las traducciones en castellano expresan la idea de 'deleite', 'encanto', 'gozo', describen un sentimiento de gran placer".

Dios se deleita, se complace, encuentra “gozo”, “un sentimiento de gran placer", disfruta, cuando:
1- le tememos: cuando queremos agradarle, cuando vivimos una vida centrada en Dios, le adoramos, cuando le valoramos por encima de todo y él es nuestra pasión
2- esperamos en su misericordia: cuando todo eso que hacemos para servirle y adorarle, lo hacemos reposamos en sus fuerzas, en sus virtudes, cuando toda nuestra confianza está en él, cuando él es nuestro todo y esperamos TODO de él
Ahí Dios se deleita, se complace, encuentra “gozo”, “un sentimiento de gran placer", disfruta.

Esa es la ofrenda que a Dios le agrada: un corazón quebrantado, humilde, rendido: Salmo 51:16,17
"no quieres" ("kjaféts"): "complacer, deleitar, placer" (Strong)
Lo confirma Peshitta: "Porque no te has deleitado en sacrificios ni has aceptado holocaustos de paz, porque los sacrificios a Dios son el espíritu humillado"
Ese corazón quebrantado vive centrado en Dios y eso es un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: Romanos 12:1

Dios encuentra belleza ahí.
Dios encuentra belleza en un corazón quebrantado que reconoce que "toda buena dádiva y todo don perfecto" (Santiago 1:17) proviene de Dios y que "separados de él nada podemos hacer".
En el Salmo 44:3 Dios se complace de su pueblo: Salmo 44:3
"te complaciste" ("ratsá"):

¿Por qué Dios se complace, se deleita, se regocija, tiene un sentimiento de gran placer" en su pueblo reflejado en este salmo?
Sigamos leyendo: Salmo 44:4-8
Estaban centrados en Dios, Dios era su TODO y TODO lo esperaban de él.

El allí encuentra belleza, deleite y gozo.
Cuando el orgullo de sus hijos es quebrado y actúan como niños humildes ante su padre.
Esto lo vemos cuando Jesús envía a un grupo de 70 discípulos a predicar (Lucas 10:1-16). Ellos vuelven habiendo visto el poder de Dios con ellos: Lucas 10:17-20
Y esto produce “uno de los momentos cuando la alegría llenó el corazón del Varón de Dolores” (“Comentario Bíblico Beacon”. Pag. 508): Lucas 10:21
"se regocijó" ("agaliáo"): "propiamente saltar de gozo" (Strong), "regocijarse grandemente" (Vine).
"agradó" ("eudokía"): "satisfacción, deleite" (Strong)

John Piper dice algo muy interesante: "Dios no es un matón inseguro al que le gusta mostrar su fuerza con orgullo dejando en el suelo a los débiles" ("Los deleites de Dios". Pag. 211). ¡NO!
Dios se deleita en que nuestra vida esté centrada en el lugar correcto: EL.
¿Por qué se deleita? Porque nos ama. ¿Por qué se deleita y hasta llora de emoción un padre cuando a su hijo amado le va bien? Porque lo ama.
Dios sabe, como escribió Henry Scougal, el teólogo escocés del siglo 17, que: «El alma nunca conoce lo que el gozo verdadero y el deleite abundante son hasta que, hastiada de sí misma, renuncia a toda pertenencia (y) se rinde a sí misma al Autor de su ser» ("The life of God in the soul of man". Pag. 108).
Dios ahí pone su favor de manera especial: Salmo 32:10; 146:5

Cuando él es nuestro TODO y TODO lo esperamos de él, cuando la fuente de nuestro deleite es él, él llena nuestro corazón de “deseos santos” y nuestras oraciones son agradables a Dios, encuentra belleza y gozo ahí, y las responde: Salmo 37:3,4
"Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón".


Luis Rodas


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