7 La meta central en el Dios-centrismo DIOS-CENTRISMO



En el artículo anterior vimos que Dios es apasionado en todo lo que hace.
Leímos Deuteronomio 30:9 "Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres".

Si nuestro corazón está donde tiene que estar, estaremos sintonizados con el corazón de Dios.
Sus propósitos serán nuestros propósitos.
Sus planes serán nuestros planes.
Sus deleites, gozos y pasión estará en nosotros.
El deleite, gozo y la pasión del Padre por Su Hijo llenará nuestro corazón y anhelaremos y trabajaremos por encima de todo porque Jesús sea exaltado y se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor.
La meta de nuestra vida será la exaltación del Rey de reyes y Señor de señores.
De la misma manera compartiremos el deleite, gozo y pasión de Jesús por la gloria del Padre.
Filipenses 2:10,11 dice que el fin último de la obra de Jesús fue que “en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, PARA GLORIA DE DIOS PADRE”.
Y en los evangelios vemos claramente que lo que impulsaba a Jesús primordialmente era la gloria de Su Padre: Juan 7:18
Por esto oraba: Juan 12:28
Y el Espíritu Santo trabaja todo el tiempo aquí en la tierra con el fin de glorificar a Jesús: Juan 16:14

El fin último de todas las cosas es la gloria del Rey Supremo.
En Isaías 24 el profeta describe el juicio final de Dios: Isaías 24.21,22
Y termina contando el fin último:  Isaías 24:23-25:1
Una Iglesia que tiene metas, deleites, gozos y una pasión diferente a la que Dios tiene, es una Iglesia equivocada, distraída y desviada del camino.
La Iglesia que en su corazón reina, gobierna, apasiona la gloria del Rey, es una Iglesia que está cerca del Rey.
Jesús nos enseñó que la oración principal debe ser esta: Mateo 6:7-11
Más importante que tu oración de “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” sea respondida, es que lo primero se cumpla: “santificado sea tu nombre”.
Muchos se concentran en “el pan de cada día” sin entender que todo eso es una excusa para que su nombre sea santificado.
Juan 11:1-4
Es necesario que en cada ocasión que Dios pone para glorificarse, creamos.
Juan 11:39,40
Y ese “pan de cada día” o esa “enfermedad” puede ser tanto un problema económico, tu esposo/a. tus hijos, el ministerio, lo que sea...
Otro ejemplo lo encontramos en Juan 9:1-3

¡Como cambia la Iglesia cuando un pastor entiende eso!
Ya no se trata de como hago con todo esto que significa el ministerio.
Sino de “santificado sea tu nombre”. “Glorifícate Señor”
Como David que se encontraba rodeado de enemigos que eran como leones: Salmo 57:4,5

Jesús también nos enseñó que la prioridad de nuestra vida no pueden ser nuestras necesidades. El Padre las conoce y se ocupa de ellas. ¿Cual debe ser nuestra meta?: Mateo 6:33 "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas".

Muchas veces nos perdemos entre todo lo que Dios permite como medio para glorificarse.
Y no nos damos cuenta que simplemente se trata de una ventana para ver su gloria. Pero nosotros a veces nos enamoramos de la ventana. Otras veces vivimos preocupados por la ventana.
Pero mira, por ejemplo, si lees Apocalipsis encontrarás la preocupación por las Iglesias (cap. 2 y 3).
Los cristianos perseguidos.
La situación social, política, económica y religiosa mundial.
Encontrarás la terrible condición de aquellos que van a sufrir la ira de Dios.
Encontrarás hasta el último gobierno que gobernará la tierra.
Pero mira como describe Apocalipsis Juan: Apocalipsis 1:1

Justamente uno de los pecados del pueblo de Israel fue tener prioridades equivocadas.
El pueblo había estado cautivo por muchos años en Babilonia. Pero en el año 538 a.C. Ciro rey de Persia decretó que el pueblo de Israel podía volver a su tierra y reconstruir su templo de Jerusalén.
El pueblo volvió pero... tenía otras prioridades.
Ellos se edificaron casas hermosas mientras que el templo... bueno... ya saben... ya alguien lo hará...
Hageo 1:1-4
Y esto tuvo sus consecuencias: Hageo 1:5-8
Ellos decían todavía no es el tiempo de edificar el templo, y Dios les decía: “Por supuesto que es el tiempo. Suban al monte, traigan madera y reedifiquen la casa”.

Esta es la razón por la que hacen un montón de cosas pero no tienen sentido y no van a ningún lado: Hageo 1:9
Iglesias cuya única función es hacer reuniones semana tras semana creyendo que la función de la Iglesia es mantenerse congregando para que cuando el Señor venga los encuentre congregándose.
Dios dice: Hageo 1:10
Iglesias y cristianos en particular, secos.
Pero Dios dice: Hageo 2:1-9

La tibieza deja que la carne sea la que toma la autoridad. Y con ella sus anhelos, metas, ideas, proyectos, fuerzas, etc...
El mismo Dios que le demandaba al pueblo de Israel un poco más de 500 años antes de Cristo, es el mismo Dios que nos demanda a nosotros como Iglesia del siglo 21.
Que nuestra vida esté enfocada primordialmente en lo mismo en lo que Dios se enfoca primordialmente. Y en lo mismo que, una vez que haya terminado este mundo, todo se enfocará: Apocalipsis 21:22-26

Si tu corazón está en las metas equivocadas, tu tesoro está equivocado y todo lo que haces está equivocado.
Mateo 6:21 "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

Todo lo que te sucede debes verlo con esta mirada: Que Dios sea glorificado en esto. “Dios glorifícate en esta situación. Glorifícate hoy en mi trabajo. Glorifícate hoy en mi estudio. Glorifícate en esta necesidad. Glorifícate en este problema”.
No como método de manipulación para que Dios nos de lo que queremos.
No como el que ora: “Señor glorifícate en mi vida. Hazme rico para tu gloria”.

Necesitamos orar, clamar y ayunar para que nuestro corazón lata como el del Señor.
Y luego oramos, clamamos, ayunamos para que Dios sea glorificado, sea visto a través de Su obra inimitable en medio de nuestra vida, y luego confiamos en que Dios oye y lo hará: 2 Tesalonicenses 1:11,12

Todo tiene ese fin y mientras el fin de lo que haces sea otra cosa serás como ese pueblo de Hageo y te verás dando vueltas hacia la nada, seco y Dios lejos.

Entendámoslo: toda nuestra vida tiene el fin glorioso de que la gloria de Dios sea vista: Isaías 61:1-3 (Jesús se aplicó este versículo a sí mismo en Lucas 4:18,19).

¡Esta es la meta central correcta y eterna para vivir!
¡Glorifícate Señor!


Luis Rodas


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