Persistencia: sin sustituto CULTIVANDO UN CARÁCTER PIADOSO



“Estad, pues, firmes” (Efesios 6:14)

¡No hay victoria sin persistencia!
Este mundo está lleno de oposición y tentación como un campo minado en la guerra. Y de la única manera que lograrás victorias es persistiendo hasta el final. Aprendiendo que en tus batallas nunca pierdes a menos que te rindas.
Dios te ha dado “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Pedro 1:3). ¡Tú debes “poner toda diligencia” (2 Pedro 1:5) bajo esa gracia para persistir!

Por supuesto, en el medio existen todo tipo de obstáculos, fracasos, rodillas que se quiebran y tragos amargos, pero ese es el final SÓLO si te quedas ahí. ¡Soldado, arriba, no dejes que la guerra termine así! ¡PERSISTE!

Puede tratarse de la enseñanza de tus hijos, la salud de tu matrimonio, una constante vida devocional, el abandono de mirar lo que no debes mirar, la extirpación de un mal carácter, la formación de cierto hábito piadoso, o el continuar creyendo cuando todo parece desplomarse como un edificio en demolición….
¡Tenlo claro… entiende… si no persistes hasta el final todo tu primer esfuerzo será en vano!

Cuantas veces nos alegramos por los primeros frutos cuando hemos emprendido algunos pasos en el buen camino, inocentes como niños, ingenuos…. Pensando que la oposición y la tentación se han olvidado de visitarnos, o que ya hemos vencido todos los obstáculos.
¡NO mi amado hermano!
Oposición y tentación vendrán con el ímpetu de un río, sólo están esperando el momento donde creas que ya lo has logrado. Siempre el golpe es más fuerte cuando crees que has logrado algo y bajas la guardia. Siempre el desánimo es más profundo cuando caes después de haber cantado la canción del vencedor….

Simplemente levántate soldado… ¡esto es una guerra! Deja de soñar en caminos fáciles y victorias que se obtienen mientras dormimos descuidados.
Persiste en aquello que sabes que debes obtener.
Mira la actitud ejemplar de este soldado que nos precedió:

“¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar!
Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno.
Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire.
Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer”
(1 Corintios 9:24-27 - NTV)


Luis Rodas


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