14 NO TE OLVIDES QUE ESTAMOS EN GUERRA - Deleitándonos en Jesús



En el articulo anterior estuvimos viendo el comienzo del ataque secreto del Reino de los cielos.
Comienza con Juan el Bautista, Jesús declaró “el Reino de los cielos está entre vosotros” y la gente creía que Jesús debía comenzar a reinar ya. Pero ya vimos que quedaron confundidos cuando Jesús muere en la cruz.
Ni sus discípulos comprendieron al principio que Jesús debía morir y luego resucitar.
La muerte de Jesús, que parecía una victoria del reino de Satanás, ya vimos que fue la victoria del Reino de los cielos.

Hay algo que es muy cierto. Siempre hay dos realidades.
Job en un día pierde sus criados, su ganado, y ni más ni menos que sus hijos. Esa es la realidad que ve Job.
Pero hay otra realidad que no ve Job: en el cielo Satanás había acusado a Job delante de Dios, y Dios le permite al diablo golpear su vida.

Siempre están estas dos realidades paralelas.
Si a Job le preguntaran: “¿Quién mató a tus hijos? Job hubiera respondido seguramente “Un gran viento que derrumbó la casa donde estaban”.
Pero alguien que lea el libro de Job diría: “Bueno en realidad fue Satanás”.
Sin embargo en Job 1:21 leemos que Job dice: “Jehová dio, Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.
Fue Dios quien le dio permiso a Satanás.

¿Quien lo hizo? ¿El viento, Satanás o Dios?
La respuesta es “sí”.
Depende desde que ángulo se mire.

Exactamente esto es lo que sucedió en el momento del nacimiento de Jesús, su vida, su crucifixión y resurrección. Había dos realidades paralelas.
Los evangelios muestran lo que los testigos presentes pudieron contar.
Pero Apocalipsis 12 muestran el otro lado:
12:1 "Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".
La Iglesia Católica enseña que esta mujer es la virgen María (por eso la representan con la luna y las estrellas).
Pero esta mujer representa al pueblo de Dios. Si leen Génesis 37:9-11 verán que el sueño de José encaja perfectamente con esta descripción de la mujer con el sol, la luna y las 12 estrellas.
12:2 "Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento".
Esto concuerda perfectamente, por ejemplo, con Isaías 66:7-12.
12:3 "También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas".
Luego en el versículo 9 veremos que este dragón es Satanás.
12:4 "Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese".
Arrastró la tercera parte de los ángeles en su rebelión contra Dios.
“A fin de devorar a su hijo”: el diablo quiso matar a Jesús desde el principio. Cuando tenía dos años hay una gran matanza en Belén de todos los niños menores de dos años (Mateo 2:13-18).
Luego en los evangelios vemos que los judíos buscaban constantemente ocasión para matarle. Ya desde la primera predicación en Nazaret lo llevaron “hasta la cumbre del monte... para despeñarle” (Lucas 4:29). Hasta que finalmente lo crucificaron. Eso lo podemos ver en los evangelios. pero aquí vemos la verdad paralela: era Satanás quien buscaba desde el principio “devorar” a Jesús.
12:5 "Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono".
En un versículo sintetiza nacimiento, vida, muerte, resurrección, ascensión de Jesús y su posición actual a la diestra del Padre.
12:6 "Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días".
“la mujer huyó al desierto”: el desierto casi siempre en la Biblia significa un tiempo de prueba. Israel fue probado en el desierto. Jesús fue probado en el desierto.
Oseas 2:14 dice: “yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón”.
El desierto es un tiempo de prueba y enseñanza.
Jesús resucita y asciende a los cielos y comienza un tiempo de prueba para el pueblo de Dios.
Pero en medio de la persecución Dios ayuda a la Iglesia, de la misma manera que la ayudará en la “gran tribulación” final de 3 años y medio.

12:7,8 "Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo".
Mientras Jesús vencía en su muerte y resurrección, esto es lo que sucedía a la par en el cielo.
De esta manera es expulsado Satanás del cielo: Apocalipsis 12:9.
Esto concuerda perfectamente con las palabras de Jesús: Juan 12:31.

Por esto el cielo festeja: Apocalipsis 12:10,11
"Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. 
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte".

Satanás ya no puede acusar delante de Dios. Fue vencido.
El cielo festeja. Pero ahora el problema lo tiene la tierra hasta la victoria final:
Apocalipsis 12:12 "Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo".

La furia que vemos contra la Iglesia desde hace alrededor de 2000 años. Las persecuciones más brutales, torturas, el odio... está explicado en este pasaje:
Apocalipsis 12:13 "Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón".

El pueblo de Dios es perseguido con ira por Satanás y sustentado por Dios de la misma manera que lo será en la “gran tribulación” de 3 años y medio.
En los siguientes versículo vemos la ira del diablo contra el pueblo de Dios en todas las generaciones: Apocalipsis 12:15-17 "Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo".

El diablo fue expulsado del cielo, sabe perfectamente que está vencido, que le queda poco tiempo, y al no poder hacer nada contra Dios, descarga su ira contra el pueblo de Dios: nosotros.
Y en el último tiempo esta ira será desatada con toda violencia contra la Iglesia (Mateo 24:21,22).
Apocalipsis 13:7 “Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos”.
Daniel 7:25 “A los santos del Altísimo quebrantará”.
Daniel 12:1 lo describe como “tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 11:33-36).

La lucha hasta la venida del Señor está aquí en la tierra. Estamos en guerra:
Efesios 6:10-20 "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar".

6:11: “acechanzas del diablo” (“medsodeía”): “astucias, maquinaciones, artimañas” (Samuel Pérez Millos - “Comentario de Mateo”. Pag. 526). El usa trampas, engaños...
A parte de persecuciones violentas y difamaciones, el diablo tiene su guerra montada sobre argumentos:
Satanás va trabajando en nuestras mentes. El quiere que creamos sus maquinaciones. Si no pueden ser mentiras enormes serán medias verdades llevadas al extremo para dañarnos poco a poco.
Walter Wink: “Es difícil discernir la voluntad de Dios en un campo en el que Satanás está dispuesto a ponerse el uniforme de cualquiera de los dos equipos” (“Desenmascarar a los poderes”. Pag. 33).
El diablo “se disfraza de ángel de luz” (2 Corintios 11:14).

6:12: “lucha” (“pále”): “lucha cuerpo a cuerpo” (Diccionario Vine).
6:14: “Ceñid los lomos de vuestro entendimiento” (1 Pedro 1:13).
Para la guerra se levantaban sus togas para no tropezar.
Pedro nos dice: “Entraste en una guerra, cíñete tu entendimiento. Tu mente debe ser conforme a la verdad”. “ceñidos vuestros lomos con la verdad” 1 Pedro 5:8,9.
6:17: “vestido... con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Tesalonicenses 5:8).

A veces nos preguntamos "¿por qué me pasa esto?"
El problema es que dejamos de tomar consciencia de la realidad paralela. Vemos lo que se ve humanamente y olvidamos que estamos en guerra.

Si estás muerto no pasa nada. Si estás vivo, si eres parte del pueblo de Dios, el diablo por su ira contra Dios te ataca a ti.
El diablo busca destruir lo que eres, a tu familia, busca desanimarte, detenerte como sea.
¡Deja de quejarte, deja de decir “es injusto”, “¿qué hago?”!
¡Pelea! Vístete de toda la armadura de Dios, fortalécete en Dios, estudia la Palabra de Dios, ora, clama. ¡Toma la autoridad que Dios te dio!
Deja de decir: “No puedo”. Tú no puedes. DIOS SÍ.
¡Esto es una guerra! No es un paseo de fin de semana.

Formamos parte del Reino de los cielos y este está en guerra hasta que todo termine.
Pero tenemos una promesa:
Romanos 16:20 "Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros".


Luis Rodas


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