Medidas ejemplares - Serie "Un Cristianismo en Fuga (Pormenores)"



“No puedo tolerarlo”, gritaba por los pasillos de las oficinas de la Iglesia, “simplemente no puedo tolerarlo”.
Uno de los diáconos de la congregación, hijo mayor de la familia Smith, había sido encontrado in fraganti fumando por la calle en una mañana fría la semana anterior.

El hermano James vio su deber supremo contárselo sin demora al pastor Johansson en su oficina, añadiendo con fuego en sus ojos: “Hermano, fumaba con tal soltura y habilidad, que sin duda puedo afirmar que este vicio ha sido practicado en oculto por muchos años. Mínimo 10 ó 15 años”.

El pastor Johansson ardía. No dejaba de recordar que este mismo domingo, en el que se enteraba, el fumador hijo mayor de los Smith, no sólo había ejercido su diaconado, sino que había elevado las plegarias para dar apertura a la reunión.
Cuanto más hablaba el pastor Johansson, más se alteraba y repetía como quien ha descubierto la gran conspiración: “No puedo tolerarlo. De ningún modo se puede permitir. Inmediatamente se deben tomar las medidas más drásticas que sirvan como ejemplo al resto del cuerpo de diáconos y a la asamblea de los santos en su totalidad”.

A tal punto consideró el hecho urgente que decidió llamar a la hermana Wendy, esposa del pastor Paul Lindsey, para cancelar la reunión íntima a solas que había preparado para esa tarde con ella aprovechando que su esposo estaba atendiendo asuntos ministeriales en otra ciudad.

Finalmente, esa misma tarde, el hijo mayor de la familia Smith, dejó de ejercer su diaconado al verse expuesto, exhortado con firmeza e invitado al arrepentimiento.
Hecho que fue debidamente informado a toda la congregación el domingo siguiente a través del boletín informativo debajo de la invitación al día de campo para el domingo 26 de junio del corriente año.


Luis Rodas


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